El empresario Javier Rodríguez Borgio ha sido investigado por la Fiscalía por falsificar el permiso para sus casinos Big Bola y por compra-venta de huachicol en sus ex gasolineras de Querétaro. Se fugó de la Interpol y se amparó contra la orden de aprehensión. Pudo seguir viajando por España, Qatar, Estados Unidos, y declaró que ya había olvidado ese pasado.
Pero en la denuncia sobre Caja Libertad se dice que «El Zar de los Casinos» compró la administración de la sociedad financiera por 850 millones de pesos, aunque se canceló justo por sus antecedentes.
Ciudad de México, 19 julio (SinEmbargo).– No hay una orden de aprehensión en su contra dentro del entramado del caso de Caja Libertad. Pero en la denuncia del expediente 269/2019 sobresale Javier Rodríguez Borgio, empresario queretano dueño de la cadena de casinos Big Bola y ex presidente de más de 60 gasolineras del Grupo Gasolinero Mexicano (GGM).
El llamado «Zar de los Casinos», dijo el empresario Hugo Sergio Bustamante Figueroa en su denuncia, compró en 2014 por 850 millones de pesos la administración de Libertad Servicios Financieros, pero se cebó porque tenía cuentas congeladas por supuesto huachicoleo a través de sus gasolineras que después decidió vender.
Entonces, se narra en la denuncia, Rodríguez Borgio pidió designar a Martín Díaz Álvarez, su socio en las gasolineras y sobrino del ex Secretario de Hacienda Francisco Gil, como presidente del Consejo de Administración de Libertad hasta la llegada al cargo del abogado Juan Collado Mocelo en abril de 2015.
En la denuncia también lo señala de comprar con «recursos fraudulentos» una parte de la Plaza comercial Boulevares en Querétaro (donde hay un local de Caja Libertad); participar en la entrega de 30 millones de pesos para la campaña de su amigo el ex Senador panista (2012-2015) y ahora Gobernador de Querétaro (desde 2015), Francisco Domínguez Servién, y del Senador Mauricio Kuri González; además de lavar 50 millones de pesos de los casinos Big Bola en Caja Libertad.
Desde 2012 Rodríguez Borgio estaba bajo la lupa de la Procuraduría General de la República (PGR) por la posible compra-venta de gasolina robada a Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de su grupo gasolinero.
Derivado de esa indagatoria, también se le descubrió la falsificación de documentos para su negocio del juego y las apuestas. En febrero de 2014 se le giró una orden de aprehensión por falsificar una licencia de la Dirección Adjunta de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación para adquirir el permiso SEGOB/DGG/723/97 para operar 18 casinos. Ahora Big Bola cuenta con 20 sucursales a nivel nacional.
Un mes después la PGR ordenó congelar sus cuentas de Grupo Queroil, Gasolineras Grupo Mexicano, Grupo de Gasolineros de México e Inmobiliaria GGM. La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) le investigaba un posible lavado de dinero –obtenido del robo de hidrocarburos a Pemex– a través de Caja Libertad y los casinos Big Bola.
Pese a ello, en el resto del sexenio de Enrique Peña Nieto de 2016 a 2018, el empresario viajó con su novia Ninoska Vásquez, modelo Miss Venezuela Earth 2017, a España (la finca «La Caprichosa» en Andalucía y Madrid), Francia (París), el desierto de Qatar y Estados Unidos (Nueva York, Florida y El Gran Cañón en Arizona) sin obstáculo alguno.
El periodista de Soy Querétaro, Miguel Hernández Durán, le ha seguido la pista desde que Rodríguez Borgio arribó en la década de los 90 a Querétaro a abrir una gasolinera. Dice que siempre trae un amparo en el bolsillo para evitar la prisión y se supo relacionar con el poder político local, en especial con el Gobernador queretense Francisco Domínguez, quien, dijo, demandará al denunciante Sergio Bustamante por difamación.
Bustamante afirmó en su acusación que Javier Rodríguez Borgio acordó con «Pancho» Domínguez la entrega de 30 millones de pesos en efectivo en 2015 para su campaña rumbo a la gubernatura de Querétaro y la del ahora Senador Mauricio Kuri para la Alcaldía de Corregidora.
«La suma de los tres portafolios de acuerdo a lo que José Antonio Rico Rico [su amigo y miembro de Caja Libertad] me comentó fue de 30 millones en efectivo, mismos que me consta fueron entregados para las campañas electorales de Francisco Domínguez y Mauricio Kuri a cambio de favores y obra pública una vez que resultara electo», declaró.
Después de revelada la relación del «Zar de los Casinos» con Caja Libertad, no se ha sabido sobre él en la entidad. El periodista local no descarta que esté en España, como acostumbra, mientras sus abogados tramitan otro amparo.
LA VIDA ES UN JUEGO
Los casinos Big Bola La vida es un juego, de Javier Rodríguez Borgio y su hermano Óscar, se ostentan de contar con la licencia para operar DGG/723/97 de la Secretaría de Gobernación sin límite de vencimiento. Pero el empresario la habría falsificado.
El permiso fue expedido el 18 de diciembre de 1997 a Miguel del Río Liquidano, socio del empresario estadounidense John Richard Long, a favor de Comercial de Juegos de la Frontera, permisionaria de Big Bola. Pero su titularidad fue reclamada por el «Zar de los Casinos» y después de un juicio civil, se favoreció al queretense.
Pero en febrero de 2013 se le giró una orden de aprehensión por el delito de uso de documentos falsos, derivado de la investigación 324/2012. Se fugó. En marzo de 2014 agentes de la Interpol intentaron aprehenderlo, pero sus abogados emitieron el amparo 293/2014.
Sin embargo, ese mismo año la PGR congeló las cuentas de sus gasolineras. Desde febrero de 2012 indagaba «una extensa banda» dedicada al huachicoleo de ductos de Pemex. Uno de los compradores sería Gasolineras Grupo Mexicano de los Rodríguez Borgio, que a su vez proveía a la petrolera estatal.
Las autoridades investigaron si parte de las ganancias por su venta de combustibles robados a Pemex se lavaban en sus otras empresas como los casinos Big Bola y Libertad Servicios Financieros. En medio de las indagaciones, los Rodríguez Borgio decidieron vender su emporio gasolinero.
En abril de 2016, Javier Rodríguez Borgio explicó a Univisión que la investigación sobre los permisos para los casinos y el huachicoleo solo estuvo abierta hasta mayo de 2014 y se cerró el caso.
«Si Gobernación tuviera alguna duda, no tendría abierto ninguno», dijo. «Es un pasado que yo ya lo borré».
Pero lo revivió el empresario Sergio Bustamante en su denuncia de junio de 2019 sobre el caso Caja Libertad.
«YO SOLO VIAJO EN HELICÓPTERO»
El denunciante Sergio Bustamante dijo que el entonces Presidente del Consejo de Administración de Libertad Servicios Financieros, José Antonio Rico Rico, su socio y amigo, le comentó a mediados de 2014 que pensaba vender la administración a Jorge Nasser, el dueño de una cadena de Universidades y del periódico El Economista.
«Esta ‘Venta de la Administración’ es una operación totalmente prohibida por la legislación financiera correspondiente, no obstante lo anterior, la misma fue validada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores a través de su presidente, Jaime González Aguadé (hasta diciembre 2017)», observó el denunciante de acuerdo con el expediente 269/2019.
A días de firmar los contratos, el Gobernador de Querétaro Francisco Domínguez Servién (entonces Senador), le presentó a su amigo empresario Javier Rodríguez Borgio, y pactaron venderle a él la administración de Libertad Servicios Financieros.
«Esta operación le convenía más a ambas partes. Por un lado, a Rico le convenía dado que iba a recibir más dinero (850 millones de pesos). Por la otra, a Rodríguez Borgio también le convenía dado que se hacía del vehículo ideal para blanquear dinero, producto de sus negocios», dijo el denunciante.
Rodríguez Borgio, conocido en Querétaro por su frase «Yo solo viajo en helicóptero», le condicionó el primer pago por 200 millones de pesos a cambio de la inclusión de Martín Díaz Álvarez, sobrino del ex Secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz y su socio en el Grupo Gasolinero Mexicano.
También que le garantizara el recurso que le iba a entregar con el edificio corporativo de Libertad Servicios Financieros, ubicado en la capital de Querétaro.
De acuerdo con lo dicho por el denunciante, la venta se concretó a finales de 2014. El total que Rodríguez Borgio debía pagar eran 850 millones de pesos.
«Aproximadamente la mitad le fue pagado a través de transferencias a bancos en el extranjero, como España y Alemania, situación que [Rico Rico] me mencionó en una o dos ocasiones y me mostró en su teléfono el comprobante de transferencia realizado a un banco en Alemania, por una cantidad que excedía el millón de dólares», declaró.
Pero «la última vez que platiqué en forma amistosa con él me comentó que Javier Rodríguez Borgio todavía le adeudaba más de 400 millones de pesos, que como ya había entrado al negocio Juan Collado, había dado la instrucción que no se le pagara hasta que no dejara muy claras las cuentas en Libertad».
«El Zar de los Casinos» también le debe al fisco. En agosto de 2018, el diario Reforma reveló que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detectó que Big Bola incurrió en incumplimientos fiscales en el ejercicio de 2014, por lo que luego de recargas y multas adeuda 591 millones de pesos.
Dadas las cuentas congeladas por su presunto lavado de dinero del huachicoleo, Rodríguez Borgio no pudo tomar la administración de Libertad y pidió colocar a su socio en las gasolineras, Martín Díaz Álvarez, como Presidente del Consejo de Administración, cargo en el que estuvo unos meses hasta que explotó la investigación que también lo relacionaba con la compra venta de combustible robado.
«Es en este punto donde aparece la siniestra figura de Juan Collado Mocelo a rescatar la fallida venta», afirmó. El abogado de la élite política mexicana Juan Collado tomó la presidencia del Consejo de Administración de Libertad en abril de 2015.
LAVADO DE 50 MDP Y SU PLAZA COMERCIAL
El denunciante Sergio Bustamante dijo que el empresario Javier Rodríguez Borgio lavó 50 millones de pesos de sus casinos Big Bola en Libertad Servicios Financieros.
En octubre y noviembre de 2015, el denunciante se reunió con su amigo José Antonio Rico Rico en las oficinas de Libertad ubicada en la ciudad de Querétaro.
«Vi cuando llegaron las camionetas de traslado de valores y de esta bajaron los portafolios, los cuales contenían el dinero en efectivo que sumaba por las dos ocasiones alrededor de 50 millones de pesos –esto me lo dijo el propio José Antonio Rico Rico–, dinero que sería depositado a la persona jurídica Libertad Servicios Financieros», afirmó.
«Posteriormente ingresaba a las arcas de Libertad y pulverizado a los socios por concepto de préstamos, sueldos, pagos a empresas, y de esta forma limpiaban el dinero».
Bustamante también dijo en su denuncia que José Antonio Rico y Jesús Beltrán González, ambos del Consejo de Administración de Libertad en ese momento, le manifestaron verbalmente que realizaban transferencias «muy cuantiosas» a bancos de España y Andorra «a fin de ocultar recursos» en paraísos fiscales o para lavar dinero.
«Con dichos recursos obtenidos fraudulentamente han realizado compras fraudulentas de gran valor como, por ejemplo, Plaza Boulevares en la Ciudad de Querétaro, que es propiedad de José Antonio Rico Rico y su socio Javier Rodríguez Borgio», afirmó.
«Sé que Rodríguez Borgio es dueño de una parte de la plaza comercial», reiteró en otra parte de la denuncia.
La plaza comercial, además de tener un local de la sociedad financiera popular Caja Libertad, abrió en septiembre de 2018 la tienda oficial Gallos Blancos. En la denuncia, Bustamante asegura que Rico Rico le vendió el equipo de fútbol por 8 millones de dólares a Amado Yañez Osurna, entonces accionista mayoritario de Oceanografía, quien compartía una parte de la propiedad con su socio Rodríguez Borgio.
Dentro de la investigación de la PGR sobre el huachicol y las gasolineras de Rodríguez Borgio, también se indagaba posible lavado de dinero en los Gallos Blancos.
A Rodríguez Osurna también se le relacionó con el fraude a Banamex de la proveedora de Pemex Oceanografía, por ser socio de Yañez. Sin embargo, el empresario aclaró que no es socio de Oceanografía, sino que sus empresas GGM Energy y GGM Shapping llegaron a rentarle barcos, pero no le pagaron.